miércoles, 20 de julio de 2016

¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Aché! SHANGO/CHANGÓ CABIOSILE ALAFÍN DE OYÓ Maferefún Changó


SHANGO/CHANGÓ CABIOSILE ALAFÍN DE OYÓ[0]
Maferefún Changó


Cuando la legendaria cantante Celina González nos regaló a la vasta audiencia melómana de la música afrocubana y antillana esta maravillosa canción “A Santa Bárbara”, nos dejó un legado inmortal literario y poético que tiene en sus letras, la fuerte connotación de los significados africanos de una milenaria religiosidad que hay en esta festiva celebración cantable, que está dedicada en honor a la bella heroína de la cristiandad y que dice: “Santa Bárbara Bendita, para tí surge mi lira”.

En la misma interpretación Celina al regresar en el desarrollo de la canción vuelve y repite en esa cadencia guajira y campesina acompañada de un conjunto de guitarras, piano y tambores, cantando: “Santa Bárbara Bendita, para ti surge mi lira y con emoción se inspira de tú imagen bonita”,  con lo que nos regaló por siempre en este sencillo verso todo lo que da pie y transcendencia en el lenguaje de la santería para que se dé una respuesta que se volvió tradicional pero que viene de la ancestralidad africana, al crear un bello pregón aguajirado contundente  y con una fuerza arrolladora: “¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Señores! Con voluntad infinita, arrancó del corazón la melodiosa expresión, pidiendo que desde el cielo nos envíes tú consuelo y tú Santa Bendición” y que apenas se escucha, sucede algo que es casi un gran frenesí espiritual de regocijo interior y colectivo, puesto que se  logra retener en la memoria auditiva de quién lo escucha y que al bailarlo, esta hermosura literaria, entre rápida en nuestra imaginación y siga de forma inmediata, a unirse rítmicamente con el coro repetitivo diciendo: “¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó!”. 

Mientras este juego de cantos de pregunta-respuesta se da, surge de su interior como cantante, -la practicante de la religiosidad como Madre de Santo e Iyalocha, con una estentórea voz que grita: “Cabiosile Changó!”, el coro vuelve contestando y cantando sonoro: “¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó!”. Es un juego cantable de voces y cantos que se tejen y entremezclan hasta que vuelve aparecer entre el canto repetitivo y acompasado como sonoro, otro grito cantado que es  afirmativo: “¡Todos los días, papá!”, y es ella, Celina, dejando aparecer en la interpretación la mujer religiosa que también encarna, la que  vuelve otra vez, para luego dejar seguir en su ritmo y en sus cadencias a un coro continúo: “¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! Qué viva Changó! ¡Señores!”.

Cuando todo esto sucedió, nació para la canción guajira el canto religioso, el canto afrocubano, cargado de la ensoñación criolla y campesina que habla de la profundidad del ancestro africano, en el que se conjuga de viva voz,la transculturación del arte religioso, como testimonio, de la convivencia maravillosa de varias culturas. Nació para el mundo de la música, un estilo muy propio que durante muchas e infinitas noches, ha creado y generado una atmósfera que ha logrado enamorar y mantenerse por siempre por su festiva interpretación y por su mensaje mágico y revelador, porque es un canto que merece valorarse por lo que funda para el arte popular, pues inaugura una bella innovación espiritual que logra conjugar, en un sincretismo múltiple lo que se da entre lo africano y lo hispano y que se ha ido propagando desde  las maneras cantables afrocubanas y afropuertorriqueñas dentro del complejo genérico de la Salsa y que está presente en la memoria de las culturas musicales de la tierra, como la obra mayor de las barriadas con acentos propios de sus religiosidades.

Es un canto donde renace entonces, un nuevo pregón con esa voz cristalina y altiva de Celina González que crea esta hermosura, nuevamente -y siguiendo la letra y reescuchando el tema: “¡Virgen venerada y pura! ¡Santa Bárbara Bendita! ¡Virgen venerada y pura! ¡Santa Bárbara Bendita! Nuestra oración favorita llevamos hasta tú altura: ¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Aché!”. Desde entonces, nos dejamos seducir por todo lo que encarna este pregón  de júbilo que exalta un lugar para la religiosidad y la espiritualidad de la Afrosantería en esta tierra. Nace para el mundo de la modernidad, el climax del Santo Orisha Changó!

Pero, sorprende como entre una frase y la combinación de la otra, en la creación y producción de la canción, la escritura del canto ya nos ha colocado frente a varios símbolos que se entretejen para que nazca en el para siempre de las musicalidades de la tierra, la voz eterna de una mujer como Celina, que desde el punto cubano, ha fusionado el aire de una letra africana que supone el nombre de un Orisha como Changó, lo caracteriza y lo incluye en sus composiciones y dentro de sus letras, -mientras va elaborando un nuevo tejido corpóreo de una canción que trae una oración en el pregón, lo hila y une con una pequeña y afortunada historia personal, donde da nombres y palabras relacionadas con los verbos yorubas ancestrales de la santería, que tienen la magia del poder milenario y sobrenatural del ritual, que concelebra los hechos que son mágicos, en su experiencia existencial, con esa práctica religiosa. A grosso modo, Celina, desde que graba Qué viva Changó!, siembra en Cuba y en Latinoamérica, el arte milagroso de la santería, ese derecho de los pueblos a tener sus propias huellas espirituales. Lo siembra, lo hace crecer, lo hace germinar y comienzan en muchos lugares de este planeta, los nacimientos de una santería primigenia, que de forma sencilla y prodigiosa va creciendo en silencio en muchos hogare católicos y no católicos, porque cuando crece en Bogotá, es sólo una imagen, la de la Santa Bárbara, que fue la hija única Dióscoro, un pagano de carácter cruel, que para apartarla de los hombres que la codiciaban, o para mantenerla alejada de los cristiano, la encerró en una torre. De ahí nace que sus símbolos posteriores, la santería asocie la torre para todos los objetos de la simbología particular y hermosa de la leyenda, porque es allí donde vivió y padeció Santa Bárbara, todos los horrores de su padre. Tanto es, que cuando la quiso casar, la joven Bárbara, se negó, porque ella quería consagrarse a Dios. Al enterarse, Dióscoro, la entrega a los tribunales y al comprobar que es cristiana, los jueces no pudieron conseguir que renunciara a su fe ni con argumentos ni con torturas y ahí se produce la más cruel decisión sobre su humanidad, la condenan a muerte por degüello. A partir de ahí, nace una mártir que los cristianos de último cuño, desean desconocer, y ahí donde nacen nuevamente más fracturas entre las religiosidades, porque los santeros jamás van a comprender la forma ahistórica de los cristianos que niegan la historia y por eso, cada vez se refuerza el valor de Santa Bárbara como Santa y como Orisha Sagrada y Sagrado.  Porque viene una gran explicación que nos ofrece, nuestra etnóloga de cabecera,  Natalia Bolívar Aróstegui, donde explica como son los procesos de sincretización cultural y que explican la síntesis del canto que creó Celina, escuchemos la explicación de Natalia: "Poco después de la muerte de Santa Bárbara, su padre muere fulminado por un rayo. Por eso, suele representarse su imagen con una espada, que es el símbolo del valor. Y nace el elemento del rayo, y es la sincretización, con la historia poderosa del poder de Changó con el rayo y el trueno,  lo que hace surgir una nueva revelación y relación simbólica, el nacimiento del poder de la torre, el rayo y el trueno y es porque es un Rey de Oyó como Changó, que en cierta ocasión tiene que disfrazarse como mujer, porque es Oyá/Santa Teresa de Jesús,/Santa Virgen de la Candelaria, la que le permite volarse y salvarse, en la historia mítica de un patakí. Changó, se casó con Obba, pero también vivía con fijo con Oyá y Ochún. Pero, recordemos que Oyá, era la mujer de Oggún, pero ella se enamoró de Changó y se dejó robar por él. Este rapto dio origen a una guerra tremenda entre Changó y Oggún. Pero, en cierta ocasión, Changó tuvo que esconderse de sus enemigos, que querían cortarle la cabeza, y entonces, él fue y se metió en casa de Oyá. fue cuando Oyá se cortó sus trenzas y se las puso a Changó,  lo vistió con sus trajes simbólicos y lo adornó con todas sus prendas, al salir de la casa de Oyá, Changó disfrazado de Oyá, es cortejado, le abrieron pasó sus enemigos, ellos muy respetuosos, le abrieron paso y lo dejaron escapar.  Nace el mito, nace el símbolo, nace el sincretismo, de que Changó y Santa Bárbara, es Changó Macho.

Una respetable opinión crítica considera que: “Con esta composición de música campesina-religiosa, el dúo Celina & Reutilio rompen con una vieja separación que existía entre la música guajira cubana y la música afro de la isla”, para establecer de forma y manera novedosa, una nueva fusión donde la métrica, que está hecha y basada en la décima hispánica, con el apropiado estilo del punto guajiro, para poder mantener en la estructura melódica armónica del canto responsorial un ritmo fluido que  logra incluir con cierta suspicacia, una similitud, entre lo católico popular, con las letras que se refieren a temas con elementos muy profundos del patrimonio cultural del continente africano, como lo es Changó Cabiosile.


Ella, Celina repica y dice: “¡Aché!”,  en el coro continúa: “¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó!”, vuelve desde adentro de sus cantos un grito que dice: “Cabiosile!”, que es como un pregón responsorial que se debe cantar, gritar y enunciarse por tradición como respuesta al nombrar a Changó, éste vuelve a continuar el canto del coro vital: “¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó! ¡Qué viva Changó!”, vuelve el canto llamador y poético de la voz aguda, que es una voz restallante, que en cada de sus tonadas nos da el alimento espiritual de un canto que es contagioso, vital,  arrebatado, fuerte, dominante y que lleva toda la carga espiritual sobrenatural con la que juega la música ritual y ceremonial. Vuelve Celina marcando en su acento esa prosodia encantadora, fina y muy expresiva que habla y canta con un sabor inigualable de una guajira inmortal.

Hoy la recordamos porque su enseñanza santera y musical, es enorme pues  nos ha marcado a todos aquellos que hemos aprendido a expandir el saber literario de la Santería, con ese mismo rigor con que  desarrollamos esta página dedicada al Santo Changó y a la Virgen Santa Bárbara.
Comparto estas notas que llegaron ayer y otras que hacen parte del trabajo diario que se debe ampliar para cada uno de los amigos y amigas en santo desde las africanías del alma y de la vida humilde de ofrecer lo que se puede aprender y saber por siempre. 

Maferefún Changó
“Acheí guoguó Changó moké guoguó Orufiná bé guoguó”
“cuando Changó era pequeño, Obatalá le contaba toda su vida”[1].
“Mó bá ori Changó alá móba Orí Changó”
“Yo soy el rey, el principal, Changó”[2].
                                                        
                                                           ¿Quién es Changó/Shango?
  Changó/Shangó, es un Orisha o deidad yoruba, que es un Osha guerrero en la tradición religiosa africana. Se considera que es el rey de la religión Yoruba y uno de los Orishas más populares del panteón. “Rey de Oyó, Nigeria, dios del fuego, del rayo, del trueno, de la guerra", “…Fue un bravo Rey de la tierra de Oyó. Durante su reinado obtuvo incontables victorias que lo relacionaban y acreditaban como el más grande Alafin de Oyó, título que sólo ostentan desde hace siglos los máximos jerarcas de esta religiosidad”[3].

  Shango/Changó Cabiosile, llamado también: “Dzakuta o Jakuta, se supone que desde el cielo lanza piedra meteoríticas sobre la tierra, las cuales son conservadas por los africanos y sus descendientes en América como receptáculos de gran virtud sobrenatural. Se dice que fue caudillo afortunado en las guerras, y en recuerdo de cuyo carácter belicoso llevan sus fieles devotos y ancestrales, un saco como símbolo de botín de la guerra. Si una casa es destruida por el rayo…, sus adoradores tienen derecho de saquearla; estos siempre se dedican al merodeo de cabras y aves”[4].

  Changó/Shango es un Osha y está en el grupo de los Oshas de cabecera. Orisha de la justicia, la danza, la fuerza viril, los truenos, los rayos y el fuego, dueño de los tambores Batá, Wemileres, Ilú Batá o Bembés, del baile y la música; representa la necesidad y la alegría de vivir, la intensidad de la vida, la belleza masculina, la pasión, la inteligencia y las riquezas. Es el dueño del sistema religioso de Osha-Ifá, el primer Awó del saber de Ifá. Fue el mayor de los Babalaos, el que se hizo y después recibió Ifá, es decir que se consagró hijo y servidor del dios Orula, el adivino[5].
Ante la igualdad de funciones de Shango y Santa Barbará los santeros han hecho caso omiso de la diferencia de sexo y por eso afirman y dicen con vehemencia que Changó es Santa Bárbara Macho, y son palabras muy populares dentro de los cultos al Santo Changó en Cuba[6].
  Cuentan que de “África vino a Cuba donde lo bautizaron y renombraron Santa Bárbara Bendita y lo representaron vestido de ropas de Oyá, de cierta vez que tuvo que disfrazarse de mujer para huir de sus perseguidores; esto ha hecho creer que Changó es hembra, “pero nosotros vemos un macho muy macho debajo de la saya” que lleva puesta siempre que va los Cabildos de Santo y de Nación en los solares de la Ciudad de la Habana[7].

                                                          Familia de Changó/Shango.
Changó/Shango fue esposo de Obba, Oyá y Oshún. En algunos caminos desciende directamente de Oloddumare, en otros es hijo de Obbatalá y Oddúa (Odudúwa), otros lo sitúan como hijo de Obbatalá y Aggayú Solá y también de Obbatalá Ibaíbo y Yembó, fue criado por Yemayá y Dadá. Hermano de Dadá, Orunmila, Oggún, Elegguá, Oshosi y Osun.
Representa el mayor número de situaciones favorables y desfavorables. Fue el primer dueño e intérprete del oráculo de Ifá, es adivino e intérprete del oráculo del Diloggún y del de Biange y Aditoto. Shango representa y tiene una relación especial con el mundo de los Eggún.
Changó/Shango fue el 4° Alafín (rey) de Òyó, esta es la segunda dinastía de Oduduwa luego de la destrucción de Katonga, la primera capital administrativa del imperio Yoruba. Changó/Shango llegó en un momento trascendental de la historia Yoruba, donde las gentes se habían olvidado de las enseñanzas de Dios. Changó/Shango fue enviado con su hermano gemelo por Oloddumare para limpiar la sociedad y que el pueblo siguiera nuevamente una vida limpia y las enseñanzas del Dios único.

Luego de que se hizo rey, el pueblo comenzó a decir que Changó/Shango era muy estricto e incluso tirano. En aquel tiempo las leyes decían que si un rey dejaba de ser querido por su pueblo debía ser muerto. Changó/Shango terminó con su vida ahorcándose, pero regresó en su hermano gemelo Angayú, quien con el uso de la pólvora, acabó con los enemigos de Changó/ Shango, quien a partir de allí comenzó a ser adorado como Orisha y fue llamado el Señor de los Truenos.

Changó/Shango fue un rey guerrero y los generales de Ibadán lo amaban. Sus seguidores lo veían como el recipiente de grandes potencialidades creativas. Changó/Shango fue uno de los reyes Yorubas que ayudó a construir las formaciones de batalla y gracias a sus conquistas el imperio Yoruba se extendió desde Mauritania hasta Gabón. Se hizo famoso sobre todo por su caballería de guerra, la cual tuvo un papel fundamental en la construcción del imperio.

Existen otras leyendas donde se dice que Changó/Shango mató a sus hijos y esposas por sus experimentos con la pólvora, luego de arrepentirse se convirtió en Orisha.
Changó/Shango fue el primer Awó, que luego cambiara el ashé de la adivinación con Orunla por la danza, por esto es muy importante en el culto de Ifá para los babalawos, teniendo los babalawos una mano de Ikines llamada mano de Shango.

Changó/Shango, es hermano de corazón con corazón de Babalú Ayé (okan pelú okan). Shango come primero cuando se corona este Orisha, ya que fue Shango quien lo ayudó a curar de sus pestes. Ossaín, es el padrino de Shango, el nombre de quien fue su esclavo es Deú y su mensajero se llama Bangboshé.
Changó/Shango significa revoltoso, sus piedras u otanes se recogen de cascadas o ríos. Uno de los Orishas fundamentales que deben recibirse cuando se hace Kari-Osha Changó/Shango es Aggayú Solá y los omo Changó/Shango deben entrar con Aggayú Solá.
Su símbolo principal es el Oshe. El Oshe es un muñeco tallado en cedro y que en vez de cabeza tiene un hacha doble. Oshe con el tiempo es una energía que lleva carga, que la hacen los babalawos, este vive con Shango.

 Patakíes de Changó/Shango.

 “… Después que Changó/Shango derrotó a Oggún, el volvió a su vida despreocupado de mujeres y fiestas. Oggún fue de nuevo a su fragua y a su trabajo. Los dos se evitaron encontrar siempre que fuera posible, pero cuando se veían se oía un trueno en el cielo y se veían relámpagos. Después de oír hablar de la pelea entre los dos hermanos, Obbatalá convocó a Changó/Shango y le dijo.
-Omo-milla. Tú pelea con tu hermano me trae mucha tristeza. Tú debes aprender a controlar tu temperamento.
-Es su culpa Babá, él ha ofendido no solamente a mi madre, sino que luego fue detrás de Oyá e intento interponerse entre Oshún y yo.
-Hijo mío, él nunca debió ofender a tú madre. Pero él no es sólo el culpable. Oyá era su esposa y Oshún le tentó. Por ofender a su madre se ha condenado a trabajar duro por el resto de su vida. Eso es un castigo grave. Tú no eres completamente inocente; tú tomaste a su esposa y a su amante y luego le robaste su espada y su color.
-El mato a mi perro. Ahora él puede decir que los perros son de él.- Shango le replicó a Obbatalá.
-Entiendo tú resentimiento, pero entiende que la energía incontrolada puede ser muy destructiva. Tu energía es grande, pero tú necesitas la dirección. Para eso te ofrezco este regalo y este don.
Obbatalá sacó el collar de cuentas blancas que siempre usaba y quitó una de las cuentas y se la dio a Changó/Shango.
-Usa esta cuenta blanca, como un símbolo de la paz y la sabiduría, con las cuentas rojas de tú collar. Te doy a tí el poder de controlar tú energía sabiamente. Tú virtud será la justicia y no la venganza. Nadie ni nada te superará nunca.
A partir de ese momento Changó/Shango usó su collar de cuentas rojas y blancas y ha sido el Orisha de la justicia…”.

En otro pattakí que nos ofrece Natalia Bolívar se cuenta que: “… Aggayú, el dueño del río, tuvo amores con Yemayá y de ellos nació Changó. Pero, Yemayá no lo quiso y Obbatalá lo recogió y lo crió. Al reconocerlo como hijo, le puso un collar blanco y punzó, le dijo que sería rey del mundo y le fabricó un castillo. Changó bajó al Congo y se hizo un muchachón tan revoltoso, que Madre de Agua Kalunga lo tuvo que expulsar de allí. Entonces tomó su tablero, su castillo y su pilón, con los que había bajado del cielo, y emprendió el camino del destierro. Andando y andando, se encontró con Orula, a quien le dio el tablero, porque sabía que era el hombre de respeto y lo iba a cuidar. Changó se quedó adivinando con caracoles y coco, cantando, fiestando y buscando broncas. Se casó con Obba, pero también vivía fijo con Oyá y Ochún. Oyá, como se sabe, era la mujer de Oggún, pero se enamoró de Changó y se dejó robar por él. Este rapto dio origen a una guerra tremenda entre Changó y Oggún. En cierta ocasión, Changó tuvo que esconderse de sus enemigos, que querían cortarle la cabeza, y se metió en casa de Oyá. Entonces, Oyá se cortó sus trenzas y se las puso, lo vistió con su ropa y lo adornó con sus prendas. Cuando Changó salió de la casa, sus enemigos, muy respetuosos, creyeron que era la santa, le abrieron paso y lo dejaron escapar. Cuentan que como Changó peleaba y no tenía armas, Ossaín, que era su padrino, le preparó el secreto (unos ingredientes de un omiero muy fuerte) dentro del güiro. Cuando lo tocaba con el dedo y se lo llevaba a la oca, podía echar candela por ella. Con eso vencía a sus enemigos. Cuando se oye tronar, se dice que es porque anda de rumbantela con sus mujeres o que cabalga por el cielo”[8].

Para hacer Changó/ Shango debe realizarse con por lo menos 6 días de anticipación al Osha Akua Kua Lerí, una ceremonia al pie de un cedro o palma real.

Changó/Shango en el sincretismo se compara con Santa Bárbara, la cual tiene su fiesta el 4 de Diciembre, de acuerdo al calendario del santoral católico, sincretizado con las tradiciones ancestrales afrocubanas, que poco a poco, se fueron consolidando en cada uno de los territorios en los se llevó a cabo su conmemoración.

-Su día de la semana es el sábado, aunque el viernes también es popular.    
 -Su número es el 6 y sus múltiplos, aunque algunos le adjudican el 4, quizás por su sincretismo religioso con Santa Bárbara, a la que también los dos lados religiosos tanto del catolicismo como de la Santería Afrocubana le tienen una Oración que es muy fuerte y ayuda mucho a los practicantes e imploran con ella:
“Acudo a ti Santa Bárbara, aparta de mí esos seres malvados y miserables que me acechan, confúndelos, a ti aclamo con fe y te entrego mi vida, tú mi protectora, entro y salgo con sangre de tú corazón, para librarme de ellos y no permitas que interrumpan mi camino y si persisten…castígalos con tú espada nos defenderás y con tú manto nos cubrirás”[9].
-Sus colores son el rojo y blanco.

Se saluda ¡Changó Kaó Kabiesilé, Cabiosile Shangó Changó/Shango Alufina!
“Babami Changó ikawo ilemú fumi playa tilanchani
Nitosi ki ko gbamu mi re oro niglati wa ibinu ki kigbe
Ni na orin a ti gbogbo omo nijin gbodo wi kuelú juikuo berú nitosi dilowo ikawo kawo ile mi iwo bagbe baba mi ki oba layo ni na ile ogbeomi”
“Padre mío, Dios del trueno controle mi casa, déme la salvación radiante para que no me coja su palabra cuando está bravo, que grita en el cielo todos los hijos aquí abajo decimos con mucho respeto, para acatar control, controle mi casa usted recuérdese Padre mío que nosotros lo llamamos de corazón para arrodillarme delante de sus pies y decirle Dios del trueno, misericordioso rey alégrese en la tierra ampárame a mí”[10].
“Mofori Ni Yayá Mofori Bore”.
“Yo uso mi cabeza para tener mucho; yo uso mi cabeza para ser cubierta con bondad”.
“Moforibale Sookuta Aro awalado Feye Si Wo”.
“Yo pongo mi cabeza en el suelo para el que lanza las piedras, Ogboni el del título; nosotros venimos al dueño del hechizo para pedir larga vida y para que se nos cuide”.
“Ara Ode Mi Ode”.
“Venga el rayo; venga el espíritu”.
“Laye Laye Changó Imobade”.
“Está vivo, está vivo, Changó, con tú brillantez, eres rey; ven”.
“Titi Laye Changó Imoba Se”.
“Que para siempre esté vivo, Changó, el resplandor de tú realeza. Tú lo puedes hacer”.

En el Diloggún en Changó/Shango.
Su número es el 4. Changó/Shangó habla en el Diloggún por Obbara (6), Iroso (cuatro), Eyilá Chebbora (12), también se pronuncia así: Ellila Sebora (12), que es su letra principal. Igual por Ojuani (11), Unle Obbara (8-6), Unle Osá (8-9) y Obbara Meyi (6-6). En el obi sagrado habla en Alafia, Otawo, Eyeife y Oyekún. Sus días son el viernes y todos los cuatro de cada mes.

                                     Herramientas de Changó/ Shango.
El pilón y la batea Changó/Shango, es su receptáculo sagrado donde reside su fuerza espiritual que se congrega ritualmente, porque se consagra con todos los fundamentos que se hacen en ceremonia y donde se asienta  es en una batea de madera, preferentemente de cedro, con tapa, que se sitúa arriba de un pilón que muchas veces puede tener forma de castillo, para mantener sus significados simbólicos con el castillo original de Santa Bárbara Bendita y con su reinado africano por el que los viejos y viejas practicantes de la religiosidad africana, los asimilaron, sincretizándolos, uniéndolos con la torre y con su reinado de Oyó.
Sus atributos principales son seis herramientas hechas en cedro, hachas/bipenes, espadas, rayos, tambores, una mano de caracoles, corona, copa, un sable, maraca de güira, una maza, etc.
Changó/Shangó también lleva un chekere hecho de carapachos de tortuga. Entre los utensilios que se le pueden poner alrededor se encuentran un caballo negro, un tambor, una bandera roja brillantes, tres hachas, un garrote y una cimitarra.

Objetos de poder de Changó/Shango.
Sus objetos de poder son un hacha doble, bipene, una copa y una espada. Sus collares o elekes se confeccionan alternando cuentas rojas y blancas.
Los objetos de poder de Shangó son un hacha de dos cabezas, una copa y una espada.

Trajes Changó/Shango.
Changó/Shango se viste con una camisa roja suelta y pantalones blancos de listas blancas y rojas. También puede vestir pantalones blancos cortos con las patas cortadas en puntas. Su pecho está al descubierto y se le agrega una chaqueta corta que puede ser roja o de listas blancas y rojas. En su cabeza lleva una corona, que a veces se le da la forma de castillo.

Bailes de Changó/Shango.
Cuando Changó/Shango baja golpea con su cabeza y da tres vueltas de carnero hacia los tambores. Abre los ojos desmesuradamente y saca su lengua. Sus movimientos característicos son blandiendo el hacha y agarrándose los testículos. Ningún otro Orisha dará saltos más altos, bailará más violentamente o hará gestos más extraños. 

Comúnmente puede comer fuego. Los bailes de Shango suelen ser de guerrero o eróticos. Como guerrero blande su hacha y hace gestos amenazadores. Como amante, trata de demostrar el tamaño de su pene, se dobla, hace guiños y actúa de forma lasciva con las mujeres de la audiencia. Los bailadores imitaran sus movimientos y su contoneo sexual.

Ofrendas a Changó/Shango.
A Changó/Shangó se le ofrenda amalá hecha a base de harina de maíz, leche y quimbombó, plátanos verdes, otí, plátano indio, vino tinto, maíz tostado, cebada, alpiste, etc. Se le inmolan carneros, gallos, codornices, jicotea (tortuga de río), gallina de guinea, palomas, etc.
Sus plantas sagradas o ewes son el bledo punzó, atiponlá, platanillo de Cuba, Ceiba, paraíso, cedro, álamo, baría, zarzaparilla, bejuco carey, bejuco colorado, almácigo, camagua, combustera cimarrona, caña de azúcar, cebolla, caoba, flamboyán, guano blanco, guano prieto, laurel, maíz, palo amargo, mamey colorado, palo boma, hierba jicotea, piñón, piñón botija, quimbombó, rompesaragüey, ruda, tomate, travesera, yaya, palma, peonía, hierbabuena, trébol, canistel, filigrama, yaba, etc.



[0] Hay una primera acepción debida dentro de la práctica en la religiosidad.
[1] Esta oración cuando se Moyugba se repite cuatro veces, con los cuatro Padre Nuestro, cuatro Ave María, cuatro Gloria al Padre, y los cuatro Credos, los martes y los viernes.
[2] Libreta de Santería, Manuscrito de la Colección de Natalia Bolívar, en la ciudad de La Habana.



[3] Notas retomadas de los estudios y trabajos etnológicos de Lydia Cabrera, Natalia Bolívar y del Babalawo Muñoz.
[4] CABRERA, Lydia, Anagó, Vocabulario Lucumí, El Yoruba que se habla en Cuba, Copyright 1970, Library of Congress Card No. 76-112426/ ISBN: 0-89729-395-9, colección del Chichereku en el Exilio, Ediciones Universal. Miami, Florida, 1986.
[5] Ob. Cit. Anteriormente, página 210.
[3] BARNET, Miguel, La Fuente viva. Editorial Letras Cubanas, Ciudad de la Habana, 1983.
[6] Los Negros Brujos, Editorial América, Madrid, 1917.
[7] CABRERA, Lydia, El Anagó, página  66.
[8] Op. Cit. Anteriormente.
[9] Lengua de Santeros Guiné Gongorí, Editorial Adelante, La Habana, 1956.[10] BOLÍVAR, Natalia, Los Orishas del Fuego, página 212.












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