lunes, 25 de enero de 2016

La Timba, síntesis de toda la cubanía en el siglo XX.

Estación Cuarta
La Timba, síntesis de toda la cubanía en el siglo XX.

Últimamente se  escucha muchísimo del movimiento  musical de la Timba cubana y la caracterizan como Timba Brava, Timba Caliente. Para los salseros clásicos, esta música es una verdadera novedad. Para los salseros antillanos, criados en la cuna del son, este movimiento cultural es una moda, que se aparta del Son, y que invade los terrenos de la música afronorteamericana del Funky, el Hip-Hop, el Rap y el Jazz; mezclándolos efectivamente con una gran certeza musical.
Hagamos una exploración en el mundo de la Timba, que ya se escribe y se baila.
Para uno de nuestros comentaristas musicales, Gary Domínguez, “esta nueva corriente identificada como Timba, es un camino de la música popular bailable Afrocaribeña, que ya empezó a atrapar a los rumberos, rockeros y raperos de este final de siglo”[1] .
De ahí, que él se pregunte: “¿La Timba será acaso, esa endiablada forma de atacar el Montuno y el Mambo que sólo se podía haber inventado en el corazón de La Habana?”[2] .
Más adelante, él  hace una referencia histórica con respecto a la Timba, y es: “Que a finales de los 80s, los músicos y bailadores cubanos-habaneros; empezaron a reutilizar sin autorías personales la palabra, cuando hacían referencia a la Timba, para describir esa atmósfera, ese punto de éxtasis ritmático a que legaban las bandas locales”[3] .
Lo que había aparecido en los últimos años era entonces, una nueva corriente musical que es hoy a finales del siglo XX, una nueva expresión popular de la música cubana y del Caribe.
Dentro de los argumentos orquestales, él dice que: “Se destacaba un piano aceleradísimo que daba paso a la marcación del bombo en la batería y el azote del bajo que engruesa su sonido a Funkearlo con ese estilo único que los músicos cubanos adoptaron de los grandes bajistas norteamericanos”[4] .
Es el caso de Feliciano Arango, el bajista de NG La Banda, quien dentro de la producción musical de un bajo sincopado y violento, ha podido desarrollar y hacer progresiones jazzísticas enormes, una nueva corriente de vitalidad musical que él mismo promueve enseñando a engrandecer, a los nuevos bajistas que así lo soliciten.
La Timba también puede verse: “Dentro de un misterioso guaguancó, que en su preciso momento se transforma en una ráfaga de metales salvajemente bebopeadores al unísono, que se detienen en forma inesperada, para dar la bienvenida a esos estribillos que cada día se inventan en los callejones habaneros y se repiten una y otra vez hasta llegar al clímax musical (a) (de) intérpretes y bailadores”[5] .
Por eso creemos, que la Timba le pasa lo mismo que al Son, muy a pesar de tener su propia historia. Cuando Nicolás Guillén decía: “El Son te salió redondo y mulato, como un níspero en un mar de ron, barco suelto, jinete de la cumbancha”.
A muchos se nos antoja decir que a la Timba le sucede algo parecido, es como el Son, es un jinete de la cumbancha, porque es la síntesis de un modo de hablar y de pensar de todo un pueblo, a través de esta generación cambiante y transformadora.
La Timba es maliciosa, su esencia está en todo lo que acontece, en esa entraña cotidiana, propia de la cubanía. La Timba, es el relato jocoso, trivial e irónico de una muchachada que encuentra en la música, su sabor y su elemento. [El elemento de composición, ese  guajeo suspicaz y característico,  que supone sublenguajes de tribus urbanas habaneras y ghetales]. La Timba por eso es innovadora. Fascina y se pega, porque La Timba se funde en lo popular.
Jorge Smith, habla refiriéndose a ella desde la maestría de Alejo Carpentier y Juan Marinello,: “Que lo mejor de la música de la isla era lo popular, porque primero vino el Danzón y después el Son, luego la Rumba y el Guaguancó, el Mambo, la Guaracha, el Cha-cha-chá, el Mozambique, el Pilón…ahora llegó la Timba con sus sacerdotes descamisados: Juan Formell, Adalberto Álvarez y José Luís Cortés…es la música cubana del 2000”[6] .
En palabras de César Pagano: “La Timba, es un género instrumental, cantable y bailable, que exhibe un desarrollo musical de fusiones, secciones y planos sonoros de gran variedad… Y puede encontrarse en embrión en el grupo Irakere (El Guao, Aguanilé bongó, Ese atrevimiento y especialmente en Rucucú a Santa Clara), pienso que su organizador definitivo José Luís Cortés, quien supo aprovechar la exigente escuela checa en lo clásico y la preparación popular de las mejores orquestas bailables  de su tiempo: Irakere y Los Van Van, de las cuales fue solista, virtuoso y compositor destacado, para perfilar las características de La Timba”[7] .
Y así crear un novedoso concepto musical que tiene un vigor enorme en el Caribe. Para don Juan Formell Cortinas, director de Los Van Van y su bajista: “La Timba cubana, no es más que la obra de los músicos cubanos de nueva generación, con preparación académica y que representan un paso adelante con respecto a lo hecho anteriormente” .
La Timba Brava, según Emir García Meralla: “Es el sonido de los 90s, que caracteriza a la música popular cubana y pudiera definirse sintéticamente como una fuerte rumba jazzeada en la que el piano adopta funciones armónico-percusivas, con gran fuerza en los metales y en un decir rumbero en la interpretación” .
Elementos todos que en realidad configuran una nueva sonoridad de la música cubana y en los que advierte, Doña María Teresa Linares Savio, directora del Museo Nacional de la Música, que es: “Una nueva etapa del Son, y es la que se produce a partir de la utilización de las nuevas sonoridades electrónicas…tanto en el piano, como en la guitarra y en el bajo…Pero que hoy son ejecutados en un tiempo más acelerado, el solista mantiene sus voz aguda, de terminaciones nasales y alterna sus improvisaciones con el coro a tres voces; donde se destaca la tercera, por su brillantez” .
Hay otras características que debemos anotar: “En los conjuntos actuales el solista es la figura principal del conjunto, pero se distinguen otros músicos, que por su virtuosismo son imprescindibles, son los que en ocasiones dan el toque de identificación a los grupos musicales timberos”.
“Esta naturaleza particular permite, -según Doña María Teresa Linares, que muchos de nuestros conjuntos orquestales, tengan compositores que implanten con su estilo, un sello particular al conjunto y que al realizar nuevas instrumentaciones de autores tradicionales en un nuevo siglo, adquieran ese sonido contemporáneo, que no es otra cosa que la Timba Caliente, sabrosa y cubana. La Timba, sonando y marcando una nueva pauta, cada uno en su sonoridad, en su peculiar modo de decir, con su sonido caribeño, cubano… ¿Es Son o Salsa?”.
Con la Timba, no es la excepción, porque  es todo mezclado, vivo, es música cubana como diría Alejo Carpentier. O mejor: “No es ni Salsa ni Son propiamente, aunque pueda darse la Timba con Songo (Los Van Van), Timba con Son (Adalberto Álvarez), Timba con Bolero y Salsa (Issac Delgado), Timba con Jazz, Guaguancó y Afrosantería (NG La Banda y José Luís Cortés), Timba con Rap, Son y fusión (La Charanga Habanera y David Calzado), (y el médico de la Salsa) o Timba con sofocación, Rock y Funky (Paulito FG y su Élite)” .
O Timba con todo lo anterior, como lo logra Clímax (Giraldo Piloto Barreto).
O Timba con las voces femeninas de Bamboleo y lideradas por el pianista Lázaro Valdés Rodríguez.
De todas, La Timba Caliente, brava y enorme como la que proyectó desde su timbal Don Elio Revé Matos, con su charangón, al compás del Changüí, es la que sirvió de trampolín a Juan Formell, antes de crear a Los Van Van y a Juan Carlos Alfonso, antes de crear a los Dan den.
Timba, música con un estilo propio y diferente. Música con toda una suerte de diversidad de elementos musicales, que revierten en el bailador, en el que goza hasta conseguir un estado de ánimo y una alegría inmensa.
Timba que logra alborotar los alvéolos. Timba, que crea una atmósfera que contagia y sorprende, porque su sonido vertiginoso, llena, excita, calienta, rompe y no aguanta vacilaciones.
De todos modos, La Timba tiene un sonido vertiginoso, bravío, que arrasa, porque está llena de una fuerza rítmica, impresionante. No acaba.
La Timba, ¡tremenda mulata!, es la gran síntesis musical y literaria de toda la cubanía del siglo XX, en sus finales  y en los albores del siglo XXI.

Artículo publicado en la Revista Melómanos/Documentos/ Santiago de Cali, Colombia, Colección, Director & Editor Orlando E. Montenegro Rolon.










[1] Domínguez, Gary, (DJ),  La Explosión de la Timba Cubana, Periódico Distrital Suburbia, Bogotá, Agosto 14 al 20, 1998.
[2] Domínguez, Ob., Citada anteriormente.
[3] Domínguez, Ob., Citada anteriormente.
[4] Domínguez, Ob., Citada anteriormente.
[5] Domínguez, Ob., Citada anteriormente.
[6] Smith, Jorge, La timba, música antillana del 2000, 12 de julio, 1998, El Espectador, Bogotá.
[7] Pagano, Villegas, César, Un Nuevo Ritmo llamado “La Timba”, empieza a contagiar bailadores, “Huracán Bailable de Cuba”, El Tiempo, sección espectáculos, 29 de mayo de 1998, Bogotá.

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